TÉCNICA DE «PIEDRA SECA»

 

La técnica de ‘piedra seca’ es un proceso de construcción caracterizado por la ausencia de mortero o argamasa. Con un origen ancestral, esta técnica es una de las primeras aproximaciones del hombre a la construcción a través de la piedra. Las piedras se colocan sin labrar más que lo necesario, buscando la máxima estabilidad de la estructura a través de la elección de la pieza adecuada y su colocación en la posición óptima. Para ello es fundamental que el maestro cantero se esfuerce en aparejar y equilibrar cada pieza durante el proceso de construcción, combinando entre sí piezas de diferentes tamaños.

Gracias a la forma en la que se lleva a cabo este proceso de construcción,  las estructuras presentan una robustez que solo se puede ver afectada por variaciones de su entorno. Es decir, aunque la ausencia de argamasa en el proceso de construcción obliga al cantero a aparejar y equilibrar cada piedra que sea colocada, la estructura levantada no dependerá posteriormente de la degradación natural de la argamasa por la acción del agua o de la vegetación.

Si bien también existen ejemplos del uso de esta técnica en zonas urbanas, su mayor desarrollo se ha dado en las regiones rurales, donde este tipo de construcciones constituyen un ejemplo de arquitectura tradicional, presente, principalmente, en muros de cierre, cultivos en terrazas o construcciones auxiliares. Sin embargo, en otras partes del mundo, las aplicaciones de esta técnica se han ampliado, lo que ha dado lugar a construcciones tradicionales tan conocidas como pueden ser los trullos de la región italiana de Apulia.

El uso de esta técnica ha sido común en diversos lugares de la fachada mediterránea, aunque la manera de llevarla a cabo varía en función de la zona geográfica, adaptándose a las condiciones climatológicas y geológicas del terreno. De esta manera, las construcciones levantadas mediante esta técnica se convierten en un reflejo de las formas de vida tradicionales del lugar al mismo tiempo que ayudan a construir el paisaje.

La Unesco reconoció a la técnica de ‘piedra seca’ como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en el año 2018

Este proceso de construcción fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en el año 2018, cuando la Unesco dio su visto bueno a la candidatura presentada por ocho países europeos: Croacia, Chipre, Francia, Grecia, Italia, Eslovenia y Suiza, además de España. En nuestro país, la candidatura estuvo impulsada por ocho Comunidades Autónomas: Galicia, Aragón, Asturias, Cataluña, Comunidad Valenciana, Andalucía, Extremadura y las Islas Baleares.

Este reconocimiento internacional pone en valor la función histórica de la construcción en ‘piedra seca’ como garante del desarrollo sostenible y de la diversidad cultural existente en el viejo continente. Asimismo, desde la Unesco se destaca el respeto de esta técnica por el entorno natural, a través del uso de materiales locales, lo que facilita la integración visual de la edificación con el paisaje

De acuerdo con la institución cultural, los muros de ‘piedra seca’ juegan también un importante papel en la prevención de corrimientos de tierras, inundaciones y avalanchas, así como en la lucha contra la erosión y desertificación de terrenos. En este sentido, se destaca el papel activo que juegan los muros en la mejora de la biodiversidad del entorno”, como una de las múltiples ventajas que presenta esta técnica de construcción.

Esta técnica de construcción es prácticamente “testimonial”, si bien se mantienen numerosos ejemplos de estructuras levantadas a través de esta técnica a lo largo de los años.

En los últimos tiempos, instituciones, asociaciones y maestros canteros se han esforzado por dar a conocer esta técnica, fomentar la preservación del patrimonio existente y transmitir los secretos de este proceso a las futuras generaciones. Un ejemplo claro de ello es el logro de haber conseguido un reconocimiento internacional por parte de la Unesco.

 

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